El virus respiratorio sincitial (VRS), común durante los meses más fríos del año, representa un riesgo significativo tanto para los niños pequeños como para los adultos mayores.
Según datos de la American Lung Association, publicados en un boletín de la Universidad de Maryland Medical System, esta enfermedad respiratoria provoca cada año la hospitalización de hasta 160,000 adultos mayores de 65 años en Estados Unidos y cobra la vida de hasta 10,000 personas. En los niños, especialmente aquellos menores de dos años, el VRS puede causar complicaciones graves como bronquiolitis o neumonía debido a su sistema inmunológico inmaduro.
Aunque a menudo se asocia con los más pequeños, el VRS también puede tener consecuencias severas en adultos mayores o en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Durante los meses de otoño, invierno y principios de primavera, este virus altamente contagioso encuentra un terreno fértil para propagarse, afectando tanto a familias como a comunidades enteras.

VRS en pequeños: riesgos y cuidados

El VRS suele manifestarse como un resfriado leve, con síntomas como fiebre, congestión nasal, tos y dificultad para comer. Sin embargo, en niños pequeños, especialmente aquellos prematuros o con condiciones médicas preexistentes, puede evolucionar hacia enfermedades más graves.

Signos de alarma en niños

Dificultad para respirar, falta de apetito, irritabilidad o letargo, así como color azulado en labios o piel debido a la falta de oxígeno.
Si se presentan estos síntomas, es crucial buscar atención médica de inmediato. Las complicaciones pueden incluir hospitalización, donde los niños podrían necesitar oxígeno suplementario o líquidos intravenosos para recuperarse.

Prevención en niños

Lavarse las manos frecuentemente, evitar el contacto cercano con personas enfermas, desinfectar juguetes y superficies, y para madres embarazadas, vacunarse para transferir anticuerpos al bebé, protegiéndolo durante los primeros meses de vida.

impacto del VRS en adultos mayores

En los adultos, el VRS generalmente se presenta con síntomas similares a un resfriado: tos, fiebre, dolor de garganta y ojos enrojecidos. Sin embargo, en personas mayores de 65 años o con afecciones crónicas como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), puede causar complicaciones graves como neumonía o un empeoramiento de condiciones preexistentes.

Signos de alarma en adultos

Dificultad para respirar, empeoramiento de enfermedades respiratorias, coloración azulada en la piel, tos persistente o dolor en el pecho.
En estos casos, es recomendable buscar atención médica. Las pruebas rápidas de diagnóstico pueden confirmar la presencia del virus, y en situaciones graves, puede requerirse hospitalización con tratamientos como oxígeno suplementario o líquidos intravenosos.

Prevención en adultos:

Lavarse las manos frecuentemente, evitar tocarse la cara, desinfectar superficies en casa y áreas de uso común, mantener un estilo de vida saludable que fortalezca el sistema inmunológico, vacunarse contra el VRS si se tiene más de 60 años y evitar el contacto cercano con personas enfermas, especialmente durante la temporada invernal.

Medidas generales para evitar el VRS

Para reducir la propagación del VRS, se recomienda lavarse las manos frecuentemente, usar desinfectante de manos en caso de no tener acceso a agua y jabón, evitar tocarse la cara con las manos sucias, desinfectar superficies de uso común, practicar una buena higiene respiratoria al toser o estornudar, mantener un estilo de vida saludable para fortalecer el sistema inmunológico y promover la vacunación en personas mayores de 60 años.