Al abordar este vocablo, lo voy a hacer desde el punto de vista del sistema educativo, a propósito de los últimos acontecimientos que giran en torno a la educación en República Dominicana.
Comencemos:
Los Hechos: Son muchos, y en algunos casos, son sorprendentes. Al analizar estos hechos, trataremos de dar posibles soluciones, o al menos, las que, humildemente, pensamos que pueden aportar a la educación dominicana.
Primero: En el año 2015, nuestro país ocupaba el lugar 146, sobre 148 posibles en cuanto a la calidad de educación. No me voy a referir al nivel actual, porque, aunque digan otra cosa, creo que hemos empeorado del 2015 a la fecha. Para tener una idea del nivel actual de educación, compartiré algunas opiniones de los actores principales de nuestra educación.
La directiva nacional de federados en representación de la Asociación de Padres, Madres y Amigos de la Escuela (APMAE) del sector público expresó su preocupación por la educación dominicana y su deterioro en los últimos años, “la situación en las escuelas es caótica”, expresaron recientemente.
Ligia Amada Melo, exministra de educación, considera que la educación inicial debe declararse en emergencia por un periodo de tres años y en ese tiempo priorizar la alfabetización, la lectura y las matemáticas, para poder superar los pésimos resultados de las evaluaciones que anualmente hace el Ministerio de Educación.
Y sobre la situación del sistema educativo se han pronunciado muchos otros, incluyendo el ministro de Educación Ángel Hernández, quien ha dicho que “se debe exigir mayores resultados de aprendizaje a los docentes y administrativos por los beneficios que estos han recibido”.
La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), también se ha pronunciado y ha mantenido su sistema de luchas y reivindicaciones para sus miembros.
Segundo: La violencia en las escuelas, es algo impensable hace unas décadas. En las escuelas siempre ha habido pleitos y rencillas entre alumnos, y hasta situaciones con algunos profesores, pero lo que está sucediendo en la actualidad es alarmante. Escuche bien amigo lector, en nuestras escuelas se han detectado armas blancas, armas de fuego, estupefaciente, vapes, y un largo etc. Es más, se habla hasta de la presencia de pandillas en nuestras escuelas. Hemos visto muertes entre alumnos, ataque de alumnos a profesores, y viceversa, violaciones, y tantas cosas más, parece una pesadilla, pero es la realidad.
Tercero: Los maestros de nuestras escuelas. Solo para ilustrar esta triste realidad, voy a compartir la siguiente información: El 64.2% de los maestros se encuentran impartiendo docencia en el área de la cual no es su especialización, de acuerdo al dato ofrecido por el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Eduardo Hidalgo. (¿Usted leyó bien?).
En base a estos datos, (hay muchos más, si nos detenemos a revisar las noticias relacionadas al sistema educativo dominicano en los últimos años, nos daríamos cuenta), voy a expresar algunas sugerencias que podrían colaborar con la mejora de la educación dominicana.
Sugerencia 1: Para lograr un resultado, hay que plantearse objetivos, generales y específicos. Ya vimos el desconcertante dato de la ADP, del gran número de maestros laborando fuera de su área de competencia, y a esto le sumamos que, los maestros que se están capacitando, aun dentro del área de su competencia, tienen muchas deficiencias, y no por culpa de ellos, sino, por un pénsum curricular que no tiene nada que ver con la realidad que se vive en las aulas, y mucho menos, nada que ver con las competencias que se están exigiendo a los estudiantes, en base a esto, podemos sugerir: Que se revise, estudie, analice y actualice el pénsum curricular en las universidades que preparan a los docentes, y que se retiren las asignaciones que no aporten ninguna competencia al docente, y de igual manera, que se agreguen las asignaturas que se requieran para obtener las competencias necesarias.
Sugerencia 2: Planificación. No es posible trabajar sin un plan a seguir, sin una meta a alcanzar, si no nos planteamos metas, no sabemos para donde vamos ni que buscamos, y aparentemente la educación dominicana marcha sin un rumbo fijo. En este caso la sugerencia es que se elabore un plan por varias décadas, donde el sistema educativo busque la formación del estudiante sin importar si es en el nivel privado o público. Que no sea necesario cambiar los libros cada año, que el contenido vaya acorde a los tiempos que se viven y los conocimientos que adquieran los estudiantes vayan en pro de su desarrollo integral. Un plan que se revise cada 10 años, y que se modifique si es necesario.
Sugerencia 3: Sacar la política de la escuela, que los que dirijan el Ministerio de Educación y todo lo relacionado a Educación sean los maestros, no compañeros del partido de turno, que los maestros puedan hacer carreras administrativas, pero que piensen y actúen como docentes, no como delegados políticos.
Sugerencia 4: Dejar que los docentes sean educadores. Ahora, con todos los derechos que tienen los estudiantes, que son mas que los deberes, el docente no es educador, es un profesional que realiza un trabajo, y está pendiente hasta en la forma de hablarle a un estudiante para no “violentar su derecho”. Es cierto que antes los profesores tenían mucho poder sobre los estudiantes, y que se cometían abusos, pero ahora, la cosa es peor. Hace unas décadas atrás, el profesor era un padre, se le tenía el mismo respeto que a un sacerdote, pero ahora, como dice la canción, “cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón, da lo mismo que seas cura o polizón”. Hay que revisar las normas de convivencias que rigen las escuelas, darle al docente el poder que realmente debe tener y que se cumplan las disposiciones, y establecer un régimen de consecuencias.
Sugerencia 5: Sobre la violencia en las escuelas. Tenemos que estar claros, un joven de 16 o 17 años que use drogas dentro de un centro escolar, que use un arma, que amenace a los docentes, que viole y agreda físicamente a un compañero o compañera se clases, es un delincuente, y como tal debe ser tratado. Y no solamente protegiendo el centro escolar con seguridad policial, sino, que, en ese nuevo plan a implementar, el que planteo en la sugerencia 2, que volvamos a meter a Dios en las escuelas. Lo sacamos y no ha funcionado. Dentro de los objetivos que debe plantearse el sistema educativo, el principal debe ser, que cuando un estudiante salga del liceo, sea un ente social de bien, y eso se logra enseñando al estudiante desde sus primeros años a respetarse y respetar la dignidad del otro, es decir, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo. Los mandamientos del amor, según Jesucristo, esa es una fórmula que no falla, y lo bueno no se cambia.
Concluyo este escrito con la esperanza de que, la educación de mi país sea una prioridad, y que la dirijan los que están preparados para esos fines.
Les dejo, amigos lectores, esta frase del psiquiatra estadounidense, Karl A. Menninger.
“Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad”
El autor es Ingeniero, Locutor y Experto en Seguridad y Salud en el Trabajo.