Santiago. Tras 60 años de carrera artística -de sus 84 de edad- Luis Segura se retira de los escenarios con su concierto “Fin de la Historia”, dejando un gran legado, y evidenciando que es El Papá de la Bachata, al hacer un repaso por los emblemáticos temas que le abrieron paso a este género que en sus inicios tenía un rechazo social.

La Gran Arena del Cibao fue el escenario elegido por El Añoñaito para realizar su primer y último evento multitudinario durante estos años de carrera, a modo de agradecer a esta región que lo vio nacer, y que tanto apoyo le dio.

Cual padre, se hizo acompañar de alguno de sus hijos en el género bachata y otros ritmos como el típico y la salsa, reuniendo a ocho artistas que grabaron temas a dúo con él para su última producción “El Papá de la Bachata, Su Legado”, interpretando estos temas y otros propios, con intervenciones que por momento resultaban muy largas.

El inicio del concierto, dos horas más tarde de lo pautado, rememoró la programación de Radio Guarachita, emisora que fue un soporte para el desarrollo de este género, con el locutor Bolívar Rondón simulando que tomaba una llamada pidiendo el tema “Pena por ti”, marcando la entrada de Segura ante la algarabía del público que esperaba ávido su actuación.

Tras saludar a su público, que abarcó aproximadamente el 80 por ciento de la capacidad del aforo, Segura destacó el apoyo de Santiago a su carrera, y prometió una noche cargada de “muchas cosas bonitas y canciones saca lágrimas”.

El primero de sus invitados fue Leonardo Paniagua, con quien cantó a dúo “Chiquitita”; seguido de Ramón Torres y “Tus cartas llegan”.

Luego volvió a escena Luis Segura interpretando sus emblemáticos temas “Perdido” y  “Como yo”, los cuales el público hizo suyos y cantó a todo pulmón junto a él. Aquí hizo una pausa para prometer una canción saca lágrimas “Traicionera”, uniéndose en el escenario en medio de los aplausos El Chaval de la Bachata, quien homenajeó a Luis Segura al cantar un popurrí de sus canciones “Corazón de acero”, “Pena”, y luego cantaron juntos “Ella es mala”, la que grabaron a dúo para el citado álbum.

Otra de las sorpresas de la noche fue la presentación de Luis Miguel del Amargue, quien de inmediato conectó con el público cantando “No notas”, y junto al anfitrión cantó “No soy feliz”, que grabaron a dúo. Aprovechó para agradecer a Luis el legado que les deja, destacando que todos los bachateros tienen su influencia.

De Soberano a Soberana

En un segmento denominado de Soberano a Soberana, Fefita la grande, otra de sus invitadas, salió de su zona de confort para interpretar junto a Segura la bachata “Vete”, que también forma parte del antes citado disco, acompañados de una violinista.

Pero Fefita la Grande no podía dejar el escenario sin antes tocar su música típica, interpretando “Vamos hablar inglés” y “La Chiflera”, haciendo gala de sus sensuales movimientos.

Otro de los momentos cumbres de la noche fue cuando Luis Segura, sentado sobre una silla, acompañado de otros dos guitarristas, cantó sus bachatas “Solamente vive el rico”, y “Cariñito de mi vida”, aquí se le sumó Félix D´Oleo cantando a duo con Segura “No te separes de mi”.

“Ahora es que se va a empezar a contar la historia de este hombre bachata”, resaltó D´Oleo, haciendo alusión a a despedida de los escenarios de Segura, y aquí hizo una pausa para cantar un fragmento de “Viejo mi querido viejo”, con motivo del Día de los Padres.

Otro momento emotivo de la noche fue cuando bajó de la orquesta su hijo Edward Segura para unirse a su padre cantando «Una copa más», y dirigiéndose al público expresó “muchísimas gracias por darle tanto amor a ese genio que tanto amo, que me enseñó lo que soy”.

Para finalizar la noche se reservó la presentación del salsero Sexappeal, quien tocó temas como “Me dijo adiós”, “ A escondidas te amaré”, y a dúo con Segura “No te separes”, dejando al público con las ganas de volver a escuchar al Papá de la Bachata en solitario con uno de sus emblemáticos temas para cerrar.

 

Créditos

El espectáculo, de casi tres horas de duración, fue producido por la empresa WQ Producciones en coordinación con la familia Segura. Contó con una puesta en escena de un elenco de 20 bailarines dirigidos por el destacado coreógrafo Alex Duval, con una banda integrada por músicos de primer nivel, dirigidos por David Paredes y Kelvin de León y estuvo bajo la conducción de Nelson Javier, quien resaltó que esta era su última tarima, Brenda Sánchez y Cheddy García.