Santo Domingo. Con rotundo éxito aterrizó en la Sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito la Tercera Temporada de Teatro Banreservas, que auspicia el Centro Cultural Banreservas, con la obra el “Terror”, un drama que tiene como escenario, en un mismo espacio, la solemnidad de un tribunal y la emoción y adrenalina de una cabina de la nave de un avión.
Como preámbulo, el director general de Relaciones Públicas de Banreservas, Wilson Rodríguez, y el creador, productor artístico y director de la Temporada de Teatro Banreservas, Guillermo Cordero, ofrecieron las palabras de bienvenida a los presentes, al tiempo que rindieron tributo especial al emblemático actor Don Salvador Pérez Martínez (El Pera), a quien está dedicada esta temporada teatral.
“El tribunal es un escenario y esto no es una obra de teatro”, dice el Juez (Orestes Amador) al iniciar el espectáculo y señala que el público funge como jurado y debe participar en el juicio que se le hace al protagonista, votando al final de la función si el acusado (Irving Alberti) es culpable o inocente. “Según el veredicto del público, la obra tiene dos finales alternativos”, añadió Santana.
El juicio se desarrolla en un avión, que es secuestrado con 164 pasajeros a bordo. Los terroristas amenazan con estrellarse en un estadio con 70,000 personas. Un piloto militar al mando toma una decisión: derribar el avión antes que los terroristas cumplan su amenaza. Ahora enfrenta un juicio donde el público (como Jurado) decide su destino.

Actuaciones
El actor Orestes Amador encarnó de manera magistral a uno de los personajes principales: el juez, con una excelente personificación, tanto en su manejo de la voz como en sus instrumentos de expresión corporal.
De igual manera, Irving Alberti asumió un rol destacado, al personificar el piloto Lars Koch (El Acusado, quien manejó a la perfección este rol dramático y desafiante.
Beba Rojas cautivó al público al interpretar a la señora Müller (La Defensa), con una narrativa fuerte e imponente que convence y estremece.
Luvil González le dió vida a la señora Nielsen (La Fiscal), quien alcanzó la interpretación más trascendente al dar vida a una fiscal inquisidora, impertinente, con dominio de la escena y una expresión que transmitió la rigidez de quien busca la condena del acusado.
Igual de brillante fue la intervención de la veterana actriz Yanela Hernández en la piel de la señora Meiser (La Querellante), quien con su desgarrador testimonio de viuda devastada envuelve al espectador en su trama.
Es importante destacar la sobria participación de Richard Douglas, quien a través de una intervención a distancia por medio de una pantalla le da vida a Lauterbach (El Testigo), un personaje clave para el desarrollo de la obra.
Asimismo, intervinieron en la obra “El Terror” los actores Xavier Ortiz (El Alguacil), Madeline Bare (La Azafata), y Nathaly Rodríguez (La Secretaria.)

Dirección y montaje
Este montaje sin igual en materia de Derecho y Aeronáutica estuvo bajo la dirección de Ramón Santana, maestro en Artes Escénicas y Estudios Avanzados de Teatro. También es licenciado en Letras. Su formación académica y artística la desarrolló principalmente entre Venezuela, México y España. Actualmente trabaja como profesor universitario en UNIBE y PUCMM, a la par de su trabajo como director y productor teatral.
Algo novedoso en esta gran producción teatral fue la participación del público, integrándose al final para decidir si dejar en libertad al acusado con su votación a través de un código QR.
De igual manera, este fin de semana se presentó con rotundo éxito y como parte de esta Tercera Temporada de Teatro Banreservas la obra “Cantares de Cigarra” en el Centro Cultural Banreservas, en la Ciudad Colonial, con una producción de Ana Jiménez, dramaturgia de Rubén Darío Salazar, dirección Elvira Taveras y las actuaciones de Basilio Nova, Johanny García, Indira Escobar y Melissa Moya. En la obra los espectadores descubrieron las respuestas de si ¿Puede una cigarra con su canto salvar a su pueblo? ¿Puede el arte sanar el alma? Entre títeres, cantos y bailes se respondían esas interrogantes después de haber disfrutado Cantares de Cigarra. Un homenaje al valor del arte para la vida. Una alabanza a la unidad, la amistad y la inteligencia para vencer las adversidades.