El Festival Procigar celebró por décima sexta ocasión lo mejor del tabaco y el cigarro dominicano durante una semana completa, que recorre el país del este al norte.
Se trató de una edición memorable, como si, internamente celebraran los Sweet Sixteen de un evento que ha crecido notablemente con los años, tanto en la calidad del programa de actividades que ofrece como en la cantidad de profesionales y amateurs que vienen, parte de esta industria ligada históricamente a nuestra República Dominicana por siglos.
Puedo recordar las primeras ediciones, cuando ni soñábamos en revivir las noches de humo aromático a través de las redes sociales y las celebridades no pululaban como seres mortales en cada tour o cena.
En este 2024, el grupo que empezó en La Romana disfrutó de una placentera estadía en Casa de Campo y el recorrido por Tabacalera de García, acompañados de sus principales ejecutivos, quienes mostraron las novedades de la que se conoce como la tabacalera más grande del mundo.
No obstante, siempre hay que llegar a Santiago, donde el reposo se detiene para entrar una dinámica intensa, pero deseada, de visitas a fincas y fábricas en el día y cenas emblemáticas en la noche. Todo Santiago, y los internacionales también, esperan con ansiedad el White Party al pie del Monumento, una experiencia que cada vez se vuelve más memorable, tanto por la puesta en escena o el diseño antológico de la caja de cigarros que se recibe a la entrada.
No puedo olvidar el seminario, dedicado al tema de las capas. Siempre es un placer escuchar a Michael Herklots, quien no ha faltado nunca desde 2008 a Procigar (antes como ejecutivo de una empresa privada, desde hace poco con su marca Ferio Tego). Y la sabiduría de David Pérez, quien lidera ASP (el mayor productor de tabaco para capa).
La semana, que parecía muy larga, de repente llegaba a su fin con la cena de gala en el Centro Español y la esperada subasta humidores que retan la ambición tabaquera en dólares. A pesar de su velocidad reconocida, el medallista olímpico Usain Bolt se tomó las cosas muy lento con su cigarro, disfrutando la última noche santiaguera.
Para los miembros de Procigar (y todos los presentes, me incluyo), la llegada del presidente Abinader fue elegante y discreta, como suceden las cosas en el Festival Procigar, a la misma elegante velocidad con que un cigarro va volviéndose humo…