La puesta en escena de «Don Quijote, el Ballet» fue un espectáculo deslumbrante, que destacó por su alta calidad de producción y el virtuosismo técnico de los bailarines de la Compañía y Fundación Ballet Concierto Dominicano. La representación se llevó a cabo en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito.
La aventura por la vibrante España comenzó cuando el veterano actor y bailarín Miguel Lendor, interpretando a Don Quijote de la Mancha, subió al escenario. Entre libros y sueños delirantes, Lendor llevó al público en un viaje de caballeros andantes, amor eterno y valentía desbordante.
La coreografía magistral, a cargo del maestro Carlos Veitía e inspirada en la original de Marius Petipa con música de Leon Minkus, dio vida a cada escena. Desde los alegres pasos de las danzas españolas hasta los elegantes movimientos de los pas de deux, los personajes se sumergieron en enredos cómicos, interactuaron con coloridos gitanos y celebraron con alegría en una fiesta de bodas llena de vitalidad y ritmo.
«Don Quijote, el Ballet» también incluyó toques de humor y comedia en algunas escenas, sin dejar de ser una obra que exigió un gran virtuosismo técnico y de interpretación.
Es importante destacar las excelentes destrezas y técnicas de los principales bailarines Eliosmayquer Orozco, del Ballet Nacional Dominicano; Jonhal Fernández, del Spartanburg Ballet de los Estados Unidos; así como de las estelares Karla Espaillat y Diana Dopico. Cada uno de los bailarines del elenco, incluyendo a Sander Roberts, Pedro Pablo Martínez, Anayilda Jáquez, Rissy De Los Santos, Lya Gómez, Oona García y Luis Pérez, deslumbraron con sus interpretaciones.
La deslumbrante escenografía estuvo a cargo de Fidel López, quien recreó magistralmente la España de Don Quijote y su leal escudero Sancho Panza, sumergiendo al público en un viaje repleto de hazañas y encuentros inolvidables. El vestuario fue diseñado por Patricia Huerta, Sergia Arias, Mayeline Pérez, Germania Ozuna y Castia Fortuna, mientras que la utilería estuvo a cargo de Víctor Datt y Elsa Pellerano. La regiduría de escena fue gestionada por Amaury Esquea, Yvette Pérez en Gestión y Elí Rodríguez en diseño gráfico, con William Guinand encargado del maquillaje.
La producción estuvo bajo la dirección de Sarah Esteva, directora general de la Compañía y la Fundación Ballet Concierto Dominicano, acompañada por Yeri Peguero en la producción de línea, Lisbell Piedra como subdirectora de la Compañía y Silvia Crespo como subdirectora de la Academia.
Con una sala llena y un público encantado, «Don Quijote, el Ballet» se consolidó como una magistral puesta en escena, demostrando el talento y la dedicación de todos los involucrados.