Sin miedo al mito del martes 13, Guillermo León Herbert apostó a la suerte que emana de las tierras familiares para presentar esa noche calurosa de agosto el nuevo ron de La Aurora, E. León Jimenes 1903.
De espaldas al edificio réplica de la tabacalera fundada en el año que nombra al nuevo destilado, don Guillermo recordó ese compromiso con la historia familiar que igual destila de cada decisión empresarial que toma, incluyendo presentar el ron en el Patio Caribeño del Centro León, el museo de la familia.
Algo del Caribe se coló bajo la luna de la velada: en la música interpretada en vivo, la sombra del yarey cubano, la alegría de la gente, el humo subiendo de los cigarros hechos a mano durante la actividad y, por supuesto, el delicioso ron que todos fuimos saboreando.
Según la nota oculta en un código QR, el Ron E. León Jimenes 1903 “está elaborado con una rigurosa selección de alcohol destilado de caña de azúcar y añejado durante 8 años en barricas de roble americano”.
Nuestra memoria, que lucha por pensar más allá de la pandemia, puede apenas recordar qué hacía ocho años antes, en 2016, cuando ese ron empezaba a envejecer para nuestro bien. Hace cuatro, no teníamos idea de cuándo volveríamos a ese patio de noche, al hogar de América (la tijera doble que no corta).
Mucho más difícil es la tarea de imaginar una noche caribeña en Santiago de los Caballeros en 1903: no había electricidad, pero el aroma del tabaco ya iluminaba las ideas empresariales de Eduardo León Jimenes. Y su luz alumbra muy fuerte todavía hoy. ¡Salud!