Ya lo había dicho el poeta José Mármol: «milagro de jueves por la noche nació el fuego». El jueves tiene esa cosquillita de que la semana laboral se acaba y la alegría del fin de semana asomando por el hombro. Ese gusto a libertad, a la noche extendiendo su poder hasta la madrugada. 

El último jueves de agosto coincidieron todas las convocatorias en esta urbe monumental. Nadie sabía a dónde acudir primero, ante quién excusarse y por qué. En el Palacio Consistorial se presentó «Con los pies en la tierra», una exposición individual del artista Noel Núñez, curada por Wali Vidal. A pocas cuadras, el Ateneo Amantes de la Luz tenía la conferencia del maestro Rafael Almánzar sobre el gallo en la diversidad cultural dominicana. Y subiendo por la avenida Las Carreras, el Centro de Convenciones y Cultura Dominicana UTESA recibía la muestra sobre la Virgen de la Altagracia, llamada «Virgen de la Altagracia y Advocaciones de América», con 46 obras de igual cantidad de artistas visuales. 

En tiempos ya lejanos, hubiese diseñado una ruta para cubrir periodísticamente cada actividad en tiempo récord. El proceso incluía llegar primero a la más puntual en iniciar, de segunda la más breve y de tercero aquella que no necesitara demasiadas fotos o en la que quisiera quedarme hasta el final.  

En unos más cercanos, habría elegido asistir a aquella que los horarios laborales me hubieran dejado llegar.  

Pero esta vez no tuve opción. La cuarta actividad me comprometía porque, paradoja de la vida, era yo la oferta para charlar con el curador e investigador Víctor Martínez en la Mediateca del Centro León. No voy a contar aquí la buena conversación porque para eso está el video de la transmisión. Ni la sensación sonrojada de volver a casa (aunque creo que nunca me he ido del todo). 

Al final, lo importante aquí es que había mucho por hacer ese jueves por la noche en Santiago de los Caballeros. Y eso, definitivamente, no fue un milagro: es ya una deliciosa costumbre. 

El milagro del jueves por la noche vino después, con la poesía.