Del quince de septiembre hasta el quince de octubre de cada año, y oficialmente desde el año mil novecientos ochenta y ocho, por decreto del Congreso y bajo la presidencia de Ronald Reagan, Estados Unidos conmemora el Mes de la Herencia Hispana. Esta celebración tiene la intención y el objetivo de reconocer los aportes de los inmigrantes hispanos aquí presentes, cuyos contribuciones al desarrollo de la sociedad han sido y son significativas. Además, está sustentada en el reconocimiento de las independencias de varios países de habla hispana que coinciden en sus fechas patrias: el día quince de septiembre, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Costa Rica; el dieciséis, México; y el dieciocho del mismo mes, Chile.
Como país multicultural, por la gran diversidad de razas que lo habitan, Estados Unidos concede a cada representación étnica, de raza, de cultura y de folclor, su reconocimiento. En este caso, el de la herencia hispana está sustentado en ese sentimiento patrio que resalta a las comunidades de esos países mencionados, presentes en diferentes estados de esta nación norteamericana. Los dominicanos, como yo, también presentes aquí, de alguna manera u otra, nos identificamos con esa herencia, la hispana, pues eso somos: hispanos, latinos, que, al igual que la gran diáspora hispanoparlante, venimos a esta gran nación en busca del denominado «sueño americano», que todos los hispanos aquí buscamos y muchos encontramos.
El Mes de la Herencia Hispana es, además, un motivo para recordar, para no olvidar nuestras raíces, de dónde venimos, y llevar en el corazón la patria amada, sin importar la distancia ni el tiempo de nuestras ausencias!!… HE DICHO!!!!