No lo sabré nunca… En las casi tres horas de concierto, no pude descubrir si fue hechizo o no lo de Ana Gabriel con nosotros: un público que la esperó bajo la lluvia de Santo Domingo, más fiel que nunca. La certeza de la despedida y la última fecha de una gira intensa le ponían más drama a la situación.
A las 9:42 de la noche, la más mexicana de todos salió de traje y sombrero negros, cantando un tema que no atiné a identificar. En la siguiente, la artista agotó el turno de una de las canciones más esperadas: «Soy como quise ser».
«Sigo siendo fiel a la República Dominicana. Aquí tenía que cerrar precisamente las bodas de oro», dijo Ana Gabriel a un estadio Félix Sánchez rendido a sus pies y a su voz, para luego interpretar «Cosas del amor», «Tú y yo», «Lo sé», «Amor», «Ni un roce» y «Evidencias», entre otras muchas cuyos títulos desconocemos, pero las letras retumban en los corazones.
Entonces, salió el mariachi a escena. Y doña Ana, con toda su picardía anunció que venían las canciones de revancha, las que debíamos dedicar al pasado. «Agarre su teléfono y márquele», nos dijo con descaro. Era tarde para devolverse. Vinieron las letras pesadas, las de apaga y vámonos: «Mi talismán», «No entiendo», «Tú lo decidiste», «A pesar de todo», «Ahora», «Hechizo» y otras más, incluyendo un par de Juan Gabriel.
Las gradas pedían el cigarrillo a gritos. Incluso la cantaron entera, montando presión con el tema que redescubrió a la artista para los nacidos en la era Aventura. Obviamente la lograron. Pero nosotros, los que vinimos antes, sabíamos que faltaban otras más necesarias: «Quien como tú», «Perfume» y «Luna».
Las nubes amenazaron una lluvia que no volvió a caer. Yo guardé en mi corazón unas lágrimas que tampoco saltaron. La alegría de los recuerdos con tantas noches escuchando a la Luna de América con mi papá pudo más que su ausencia.
Entonces sobreviví a «No te hago falta», «Y aquí estoy», «Simplemente amigos», en una voz que se fue administrando para llegar a esas instancias con más fuerza (la misma que se tomó un descanso después de cada tema, cosa que le perdonamos).
El regreso a Santiago y la madrugada nos convencieron a Gemma y a mí de que Ana Gabriel cumplió. «Las cantó todas» me repetí hasta el día siguiente, segura de que ya no quedaban deudas entre nosotras.
Post data: ¡Feliz Navidad! Nos leemos en enero…