Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, marcando el inicio de su segundo mandato con un discurso enfocado en lo que calificó como una «era dorada» para el país, presentando su visión de una nación restaurada y más poderosa, respaldada por una serie de medidas ejecutivas que revocan políticas de su predecesor, Joe Biden, y prometen cambios drásticos en áreas clave como inmigración, economía y derechos sociales.
En la ceremonia realizada en el Capitolio y acompañado por figuras prominentes como Elon Musk, Trump prometió que su gobierno pondrá fin a la «decadencia» de las administraciones previas. Entre las primeras acciones, declaró una emergencia nacional en la frontera con México, reactivando la política de «Quédate en México» y anunciando el despliegue de tropas para reforzar la seguridad. Además, reiteró su intención de catalogar a los cárteles de droga mexicanos como organizaciones terroristas.
Otra medida controversial fue su decisión de retirar nuevamente a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Trump justificó esta acción alegando un trato desigual en las contribuciones económicas al organismo, reiterando críticas que ya había formulado durante su primer mandato. Esta política refleja su estrategia de priorizar los intereses estadounidenses frente a compromisos internacionales.
En el ámbito económico, Trump declaró una emergencia nacional para eliminar regulaciones ambientales y acelerar la explotación de recursos energéticos. Además, anunció nuevos aranceles dirigidos a proteger a los trabajadores estadounidenses, desmantelando subsidios a vehículos eléctricos y promoviendo políticas que privilegian el desarrollo de la industria local frente a competidores extranjeros.
Su discurso también tuvo un enfoque contundente en el ámbito social, con el anuncio de medidas para revocar políticas que promovían la diversidad, equidad e inclusión. Trump aseguró que su gobierno solo reconocerá «dos géneros», masculino y femenino, y derogó órdenes ejecutivas relacionadas con la equidad racial y los derechos de las comunidades LGBTIQ+. Según Trump, estas acciones buscan construir una sociedad «daltónica y basada en el mérito».
En política exterior, el nuevo mandatario revocó decisiones clave de la administración Biden, incluyendo la retirada de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Esta decisión contrasta con los intentos de su predecesor por establecer un diálogo con la isla, subrayando el endurecimiento de la política exterior de su gobierno.
La investidura de Trump no estuvo exenta de polémica, ya que asumió el cargo como el primer presidente en la historia de Estados Unidos condenado en varios casos judiciales. Sin embargo, el mandatario no dudó en atacar al Departamento de Justicia, acusándolo de haber sido «utilizado como un arma» en su contra.
El inicio del segundo mandato de Trump promete ser tan controvertido como su primer período, con medidas que buscan un giro radical en la dirección del país. Sus primeras acciones delinean una agenda centrada en la seguridad fronteriza, la economía nacionalista y la eliminación de políticas progresistas, marcando un nuevo capítulo en la política estadounidense.