Ayudar a la población vulnerable a través de distintas organizaciones como la Cruz Roja, Patronato de los Bomberos o el asilo de ancianos caracteriza es el día a día de Sonia Hurtado Casals de Morales, una mujer que antepone el voluntariado a sus intereses personales, pues asegura que en Semana Santa u otros feriados ha rechazado en múltiples ocasiones salir de vacaciones con su familia para no descuidar su labor. Su espíritu por el servicio comenzó a desarrollarlo en plena adolescencia, cuando ingresó al Movimiento 14 de Junio, llegando incluso a colaborar estando embarazada de su primogénita, viajando junto a su esposo a Santo Domingo a llevar alimentos a los combatientes puertoplateños en la Revolución de abril del 1965.

Infancia
Nací en Santiago, mi madre Mercedes Casals Pastoriza era de Santiago, y mi padre era puertoplateño, Camilo Hurtado Ginebra, un gran deportista; luego se trasladaron a vivir a Puerto Plata, al ingenio Amistad, donde mi papá trabajaba; ahí viví mis primeros años, un tiempo estuve en una escuela privada, donde estaban los hijos de los ejecutivos del ingenio, pero el profesor tuvo que marcharse y tuve que ir a la escuela de Imbert, de donde tengo muy buenos recuerdos; como el carro de la administración se dañaba mucho, y mi papá no quería que yo regresara a pie de Imbert al ingenio, decidió mandarme a Santiago a vivir con mis abuelos un tiempo; y luego con mi tía Teresona Casals”.

Movimiento 1J4
Entre las cosas que recuerdo más de mi adolescencia es que yo era muy catorcista, el local del Movimiento 14 de Junio estaba a dos cuadras de la casa donde vivía en ese tiempo, entré jovencita al movimiento porque mis primos estaban en contra de Trujillo, en contra de Balaguer, yo era de la rama juvenil del 14 de Junio. Recuerdo siempre, que cuando me casé con Hugo, que era un catorcista también, estando recién parida, íbamos a la capital, a Ciudad Nueva, donde estaba Caamaño y todas esas gentes, a llevar ayuda al comando de Puerto Plata, yo quería quedarme, le decía a mi marido quedémonos aquí, que mi hija recién nacida mami me la cuida, yo lo que quiero es ayudar a mi país”.

Familia
Me casé con Hugo Morales muy jovencita, a los 17 años. Tenemos tres hijas que son mi orgullo, Vielka, Erika y la más pequeña Sonya, que vive en Cancún. Mi vida siempre ha sido muy cerca de la política, si hay algo que me atormentaba era que yo tan jovencita, 18 años acabado de cumplir, teniendo a Vielka, me sentía con una presión, me decía Dios mío yo podré criar mis hijas, podría educarlas, porque mi deseo era que fueran profesionales todas, y que tuvieran ese amor el país. Tengo tres hembras, pero para mí, mi nieto Luis María, que es un joven especial, es mi hijo también, tenemos un amor tan maternal que para mí es el hijo varón que yo soñaba”.

Cruz Roja
Llevo 22 años de servicio en la Cruz Roja. Recuerdo que la doctora Ligia Lerouxs le pidió a mi marido que me convenciera para que yo entrara a la Cruz Roja, porque estaba en una situación muy crítica en Puerto Plata, era un cuchitril pequeño que había en el patio del hospital y me convenció para que entrara a ayudar; esta vida de la Cruz Roja aunque ha sido sacrificada, ha sido maravillosa. Cada vez que alguien me dice que logramos alguna ayuda a través de la Cruz Roja, me da una gran satisfacción”.

Sevilla
Recuerdo que una vez vinieron unos odontólogos de la Fundación Séiquer, de Sevilla, a la UASD de Puerto Plata a hacer unos implantes dentales. Durante tres años hicieron 15,000 implantes gratis, le ponían dientes a personas mayores, y a los niños que tenían problemas en los labios los remitían a otros doctores; ellos venían a hacer el operativo médico, pero en la Cruz Roja los asistíamos en todo, y fue muy gratificante para mí cuando me invitaron a Sevilla a recibir un reconocimiento por la labor de la Cruz Roja asistiéndolos”.

Fuerte experiencia
Una de las cosas que más recuerdo en mi voluntariado en la Cruz Roja fue cuando hubo este gran terremoto en Haití, me fui con 12 voluntarios a dar ayuda, fue terrible de verdad ver tantas personas muertas, tantos jóvenes que le faltaba una pierna o un brazo. Era tan inseguro que el jefe de las Fuerzas Armadas me sacó y me dijo que no había condiciones para que nosotros estuviéramos ahí, me fui al sitio divisorio que había antes entre Haití y República Dominicana, dormí en un camión esa noche, y al día siguiente seguimos con la ayuda”.

Tradición familiar
Mi bisabuelo José Ginebra tenía un barco y trajo una imagen de la virgen de Las Mercedes a Puerto Plata, él se la regaló a los bomberos y ahí está, mi abuela doña Chita Ginebra hacía siempre el novenario a la virgen, y me pidió antes de morir que siguiera esa tradición, y todos los años en septiembre se hacen 9 días de misas, de 7 a 8 de la noche, y el 23 en la noche se lleva la virgen a la catedral San Felipe Apóstol en procesión, y al día siguiente, Día de las Mercedes, se hace una misa grandísima con todos los feligreses, y regresamos la virgen a la casa de los bomberos. Antes mi abuela hacía una gran celebración, con una comida para los bomberos, y yo continué haciéndola. Desde chiquita mi abuela me llevaba de mano y eso quedó impregnado en mí, y mientras esté viva lo seguiré haciendo”.

Con los ancianos
Desde el 1995 formo parte de la directiva del Asilo de Ancianos Antonio Claret. El asilo queda cerquita de mi casa, cuando llegué a ese sitio donde vivo solo habían dos casas, la de un hermano de mi esposo y nosotros; yo cruzaba siempre al asilo a ayudar a esas personas que están ahí, y después comencé a formar parte de la directiva, me satisfizo enormemente pertenecer a esta. Actualmente tenemos como 50 ancianos. El otro día tuve una gran alegría, ya que la primera dama Raquel Arbaje estuvo en el asilo y nos consiguió un aporte con el que vamos a hacer algunas mejoras y construir más habitaciones, porque cada día más personas quieren llevar a sus viejitos allí”.

Estación 59
Al frente de la Cruz Roja logramos institucionalizar la Estación 59, nuestro pequeño edificio, lo primero que hacemos por la mañana es ir al Intrant donde tenemos una tipificadora y una persona que ayuda en todo, recoge los nombres de las personas que se van a tipificar, le damos un carnet de certificación que facilita cualquier proceso médico; todas las mañanas verificamos que esté todo lo necesario para hacer la tipificación, ahí trabajamos de 8 de la mañana 3 de la tarde. Luego me junto con otras voluntarias para ver qué vamos a hacer en la semana, si hay alguna invitación de gobernación, alguna fiesta patria damos ayuda con los voluntarios”.

En pandemia
Lo que mis voluntarios y mi directiva hemos hecho como Cruz Roja en esta pandemia no tiene comparación, íbamos casi sin combustible, porque no teníamos gran ayuda, primero a desinfectar los lugares donde iba mucha gente, como farmacias, hospitales. En medio de la situación sanitaria la labor fue increíble, para mí ha sido una satisfacción muy grande, y mi hija Erika me ha dado una ayuda maravillosa. El ministro de Salud, Daniel Rivera tuvo la confianza de darnos miles de tapabocas e íbamos casa por casa de todos los barrios de Puerto Plata entregándolos. En las casas donde morían personas le llevábamos comida, mascarillas y le dábamos asistencia psicosocial”. 

Aboga por seguro para voluntarios
Aunque Sonia Hurtado de Morales ha hecho una labor desinteresada toda su vida, sí le gustaría que mejoren las condiciones de vida de los voluntarios de la Cruz Roja, ya que en su mayoría son jóvenes que tienen empleos informales, y carecen de seguros médicos y otros beneficios. “Espero que el presidente me ayude con todos esos voluntarios para que tengan un seguro, algo que proteja esos muchachos; se me muere cualquiera y no tiene ninguna protección, los voluntarios necesitan ser protegidos. Yo estoy luchando porque ellos en el mañana tenga mayor protección, así como ellos arriesgaron sus vidas ayudando cuando pasa cualquier evento grande en Puerto Plata, que los ayuden a ellos.
Tiempo atrás un hotel cogió fuego y tuvimos casi hasta las 2 de la mañana dándole ayuda, a esos voluntarios no le pagamos, son muchachos que yo los llamo, por favor hay un fuego en tal parte y vamos a asistir. Nosotros siempre damos apoyo en los eventos grandes de Puerto Plata y no recibimos nada a cambio. Mis voluntarios tienen poca protección, necesitan más ayuda, que tengan más facilidades para poder vivir mejor, muchos son moto concho, otros son pescadores, y yo tengo tres grandes nadadores, pero no reciben nada”.

Beneficios
Yo quiero que mis voluntarios tengan más preparación, que tengan facilidades, porque la vida se ha encarecido tanto, es difícil para ellos como voluntarios”.

Deber cumplido
Me siento satisfecha de lo que he hecho en la Cruz Roja, y si tuviera que volverlo a hacer, lo hago, porque Dios es mi guía, es que me ha ayudado en todo”.

Orgullo patrio
En mi casa todavía los 27 de febrero se pone la bandera, porque yo encuentro que en mi país se está perdiendo demasiado la nacionalidad”.