Durante casi cinco décadas, Apolinar -Polo- Ramos ha ejercido el periodismo como un apostolado, destacando por su compromiso con la comunicación vinculada a la Iglesia Católica. Desde sus inicios, ha sido un defensor de los valores y la ética en los medios, lo que lo posiciona como un referente en la comunicación cultural y religiosa en República Dominicana.
A lo largo de su carrera, Ramos ha demostrado su pasión por la comunicación como herramienta para promover valores y denunciar injusticias. Su labor en medios radiales, televisivos y escritos ha sido reconocida por su calidad y compromiso con la verdad, reflejando su profundo respeto por la diversidad de pensamiento y la promoción de una cultura del encuentro.
En un contexto donde la comunicación enfrenta desafíos como la banalización de la información y la pérdida de la calidad en los contenidos, Ramos exhorta a mantener la calidad y el compromiso con la verdad. Para él, la comunicación debe ser un medio para servir y construir un mundo mejor, donde los comunicadores sean defensores de los derechos humanos y promotores de una cultura de paz y justicia.
El Día Nacional del Periodista, es propicio para celebrar la labor de Polo Ramos, cuya trayectoria y compromiso inspiran a seguir defendiendo la verdad y promoviendo valores a través de la comunicación. A continuación, en esta entrevista, Polo Ramos comparte su visión sobre el periodismo y la comunicación en la sociedad actual.
¿Cómo inició su carrera en el periodismo? Desde niño me gustó la comunicación. Incluso, ya en los primeros años de estudio, cantaba en la escuela de Patao, donde cursé tercero y cuarto de primaria. En Matanza, mi tierra natal, ya en primero y segundo, también cantaba y participaba en actividades similares. En quinto y sexto de primaria, en mi campo Matanza, Santiago, había un equipo de pelota y yo enviaba crónicas a Héctor -Bullo- Stéfani, quien tenía un programa en Radio Quisqueyana llamado «Los deportes al día». Podría decirse que, en mi niñez, era como un reportero, un cronista deportivo, enviando crónicas sobre lo que ocurría cuando el equipo de Matanza visitaba otras comunidades.
En el Seminario Menor San Pío X, en 1969 o 1970, escribía para un periódico llamado «Horizonte» y también fundé un boletín, una especie de periódico de una sola hoja que se imprimía en mimeógrafo, que llamamos «Liberación». De ahí vienen mis raíces en la comunicación. En los años 90, mantuve una columna en el periódico «La Información» llamada «Convivencia», y también escribí durante 25 años en la revista «Amigo del Hogar», realizada por los padres misioneros del Sagrado Corazón.
En 1975 fundé «Sábado Cultural», que está por cumplir 50 años. Comenzó en Radio Ritmo como «Domingo Cultural», pero en 1976, cuando nos trasladamos a Radio Amistad y esta ya tenía una programación dominical llamada «Domingos para recordar», cambiamos el nombre a «Sábado Cultural». Estuvimos un tiempo en Amistad, luego más de 30 años en Radio Quisqueyana, la emisora de Marco Tulio Cepeda (a quien agradezco las atenciones que nos brindó y que ya falleció), y después pasamos a Radio Hispaniola. Actualmente, transmitimos por Radio Santa María y también por Radio Santa Cruz en Mao, Radio Marién en Dajabón, en Santiago transmitimos por Radio Jesús, Radio Luz y Radio Amistad, estas tres emisoras pertenecen a la iglesia; en La Vega, por Radio Santa María y Estudio 97.9; en Santo Domingo, por Radio Juventus, Radio María de la Altagracia y Aire 96.1. Hemos ido creciendo a lo largo de los años.
Luego, en Teleunión, fundé el programa «Convivencia Televisión», que lleva casi 30 años. Era un programa diario, pero después de la pandemia, nos cambiaron al horario de los sábados, donde estamos de 8 a 10 de la mañana cada semana. También tengo «Convivencia Radio», que inició en Radio Acción hace 30 años, y luego nos trasladamos a Radio Landia. En Radio Santa María dirigí el programa «Universidad para todos». También fui parte de las Escuelas Radiofónicas como profesor por un semestre.
¿Qué lo motivó a enfocarse en la comunicación ligada a la Iglesia Católica? Como mencioné anteriormente, estuve en el Seminario San Pío X y luego en el Seminario Santo Tomás de Aquino. Además, vengo de un hogar cristiano. También desde el Seminario San Pío X hacía un programa llamado «Horizonte» en Radio Cibao, donde empecé en la comunicación en 1967-68, presentando el Santo Rosario desde la Catedral por Radio Cibao. Ahí conocí al locutor Gaspar Rodríguez, muy amigo nuestro, quien me sugirió tomar el examen de locución en 1994 ante la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía. Ya había estudiado locución en la Escuela Nacional de Locución Otto Rivera mientras estaba en el Seminario Santo Tomás de Aquino. Cuando monseñor de la Rosa fue designado arzobispo de Santiago, me nombró director del periódico Camino. Voy para 18 años dirigiéndolo, siendo el primer laico en dirigir este periódico.
¿Cuál ha sido su enfoque editorial y cuál considera que ha sido su mayor logro como director de Camino? Ha sido una responsabilidad muy grande porque es el único periódico que tiene la Iglesia aquí en República Dominicana. Dirigir ese medio es una gran responsabilidad, y he aprendido mucho en la dirección. En cuanto al enfoque editorial, me baso en el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia. Los editoriales han tenido mucha difusión en los periódicos nacionales, con titulares destacados, ya que tratamos temas importantes basados en la Doctrina Social de la Iglesia, denunciando lo que debe ser corregido y anunciando las cosas buenas que se hacen en el país, cubriendo gran parte del país a través de todas las parroquias. También estamos en redes sociales, esto ha aumentado la lectura del periódico Camino, llegando así a miles de lectores a través de estas.
Con casi medio siglo al aire, ¿Cuál ha sido la clave para mantener vigente el programa Sábado Cultural en la radio? Hemos hecho conciertos, presentaciones de películas en los cines de Santiago, rifas, y hemos llevado películas a los campos, todo eso para mantener «Sábado Cultural». He contado con un equipo que me ha apoyado durante todos estos años. En esta etapa de «Sábado Cultural», de diferentes pueblos me informan a través de las emisoras que lo retransmiten, lo que ha sido de gran ayuda.
¿Cómo ha evolucionado a lo largo de los años? Hemos expandido nuestra cobertura casi a nivel nacional con todas estas emisoras y otras que se irán incorporando. Estamos en proceso de contacto con emisoras de la iglesia afiliadas a la Unión Dominicana de Emisoras Católicas, lo que nos permitirá cubrir todo el ámbito nacional.
¿Cómo describiría la experiencia de llevar contenido cultural a través de diferentes medios? Siempre he tratado de llevar una línea que promueva los derechos humanos y resalte los elementos de nuestra identidad. Hemos promovido una cultura del encuentro para contrarrestar la creciente violencia en nuestro país. Creo en una comunicación de doble vía, donde aprendo de los oyentes y ellos aprenden de mí, enriqueciendo así nuestro contenido.
Como docente en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, ¿cómo ha sido su experiencia formando a futuros comunicadores y qué consejos les brinda? Mi experiencia como profesor en la PUCMM durante casi 14 años ha sido extraordinaria. He invitado a varios compañeros míos de la comunicación para que compartan su experiencia. Les insisto a mis estudiantes en la importancia de la ética en la comunicación y que esta profesión se puede ejercer con dignidad. Trato de inculcarles valores como la verdad, la defensa de la justicia y la promoción de valores, para que sean profesionales distintos y puedan construir un mundo mejor.
Mantener un balance entre la vida personal y profesional puede ser desafiante. ¿Cuál es su secreto para lograrlo? Llevo una vida sencilla y mi familia me comprende. Eso me ayuda a dedicar tiempo a los medios de comunicación, pero también trato de medir el tiempo para dedicarlo a la familia y a los medios de comunicación.
A lo largo de su carrera, ¿ha enfrentado algún desafío particular que haya marcado su trayectoria? Quizás el desafío más grande ha sido cómo mantener los programas de radio y televisión, ya que hay la creencia de que los programas culturales no son rentables. Ha sido difícil, pero gracias a Dios lo he logrado. Recuerdo un momento difícil con «Convivencia» por televisión, que es costoso, pero una vez tuve dificultades para mantenerlo y le dije a Anthony Marte que me dejara terminar diciembre para no salir del aire antes de ese tiempo. Él me aseguró que nunca saldríamos del aire, y así ha sido. Hemos estado casi 30 años en Teleunión con «Convivencia TV».
¿Cuál es su visión sobre el futuro de la comunicación y el periodismo cultural en República Dominicana? Insisto en la importancia de la formación y la ética en la comunicación en nuestro país. Aunque hemos avanzado mucho en el aspecto técnico, debemos crecer en contenido y compromiso. Como forjadores de opinión pública, debemos promover valores y una cultura del encuentro para contrarrestar la violencia. Es necesario que los gremios de la comunicación insistan en la ética y que aquellos que la transgredan enfrenten consecuencias para que no se desacredite la comunicación en nuestro país. Creo que podemos construir un mundo mejor a través de la comunicación.