«La música es mi todo», confiesa Lisanna Lora Cruz, la joven artista dominicana que ha decidido seguir su pasión, dedicándose completamente a la industria musical tras años de desarrollo personal y profesional.
Lisanna Lora Cruz, conocida en el ámbito musical simplemente como Lisanna, nació en La Canela, Santiago, en el seno de una familia que siempre ha respaldado su amor por la música. Hija de un ingeniero electrónico y una ama de casa, Lisanna es la mayor de cinco hermanos y, a pesar de su gran talento, se describe a sí misma como una persona tímida. Su amor por la música surgió en la iglesia de su comunidad, donde su voz cautivaba a quienes la escuchaban, convirtiéndose en la atracción principal de las reuniones familiares y eventos locales.
La educación de Lisanna estuvo marcada por una figura clave: su profesora de arte en el colegio. Esta mentora, al descubrir su potencial vocal, la animó a participar en festivales de voz, lo que ayudó a Lisanna a explorar y desarrollar su talento. Sin embargo, aunque el camino hacia la música parecía claro, su padre, preocupado por su juventud, le pidió que se concentrara primero en su educación. Lisanna respetó sus deseos y se graduó como estomatóloga, pero nunca dejó de soñar con la música.
Después de completar sus estudios, Lisanna se trasladó a los Estados Unidos, donde la realidad de ejercer su profesión en un país extranjero la llevó a redescubrir su pasión por la música. Con el apoyo de amigos y nuevos conocidos, comenzó a realizar covers de canciones populares y, eventualmente, se aventuró a componer y grabar sus propias letras. Desde hace dos años, está completamente sumergida en la industria musical, buscando expandir sus horizontes y ser una embajadora de la cultura dominicana a través de su arte.
Para Lisanna, la música es más que una carrera; es una parte esencial de su vida. «La música es mi todo», afirma con convicción. Explica que, aunque la gente suele pensar que los artistas alcanzan el éxito de la noche a la mañana, la realidad es que se requiere una combinación de preparación, sacrificio, constancia y esfuerzo. La música, dice, es parte vital de su día a día, una pasión que lleva en la sangre y que siente profundamente en su ser. Su mayor miedo, confiesa, es no poder cantar, un pensamiento que la entristece solo de imaginarlo.
Musicalmente, Lisanna se identifica principalmente con el pop y la balada pop, géneros en los que ha encontrado inspiración en artistas como Kany García, Laura Pausini y La Oreja de Van Gogh. Al interpretar este tipo de canciones, Lisanna se siente conectada con su público, quienes, según ella, viven cada estrofa y captan la emoción que ella desea transmitir.
Uno de los hitos más importantes en su carrera hasta ahora ha sido abrir el concierto de Zeo Muñoz en Hard Rock Café Santo Domingo, una experiencia que le demostró que su sueño de hacer música estaba realmente despegando. Además, agradece el apoyo y la confianza de artistas como Raulín Rodríguez y Moa Cabrera, quienes le han brindado la oportunidad de participar en sus presentaciones.
Con tres sencillos originales—“Amame”, un afrobeat; “Cosas Pendientes”; y “La Playa”—Lisanna continúa trabajando para dejar su huella en la música. A través de sus plataformas digitales, sus seguidores pueden disfrutar de su repertorio, que incluye tanto canciones originales como covers.
Lisanna tiene un claro objetivo: que su música llegue a cada rincón, incluso a los lugares más pequeños. Su mayor deseo es que la música buena nunca muera y que, como artista dominicana, pueda ser escuchada y apreciada en todos los países. Además, se compromete a seguir preparándose, convencida de que nada se puede lograr sin esfuerzo y dedicación.
Con la convicción de que la música es su verdadero propósito, Lisanna continúa su camino en la industria musical, determinada a convertir sus sueños en realidad y a llevar su voz a todos los rincones del mundo.