Voy a obviar el tema de este domingo porque en esta cita quincenal ya se ha hablado mucho de ausencias… Y como diría la periodista Susana Veras: «a lo que vinimos».
Se escuchan de vez en cuando las voces de que en «Santiago no hay nada por hacer», que no se producen eventos culturales de alto nivel, que «todo se queda en Santo Domingo», que si x o y… Sin embargo, a la gente le sobra tiempo para ver reels hasta la madrugada y comentar en sus redes cuantos vehículos compre un famoso o las razones del divorcio de otros «conocidos» virtuales.
En Santiago hay tanto por hacer, que hace una semana abrió aquí la décima edición de Centroamérica Cuenta, una convocatoria internacional acogida por el Centro León que nos permitió aprovechar las voces narrativas y literarias nacionales e internacionales en un mismo espacio, sin pagar peaje y con nuestra propia vaguada amenazante. Esta noche se presenta la artista española Pasión Vega en el Gran Teatro del Cibao, en un homenaje a Joan Manuel Serrat, Roció Dúrcal y Juan Luis Guerra. Y el próximo 3 de junio, inician las actividades del Festival de Artes Escénicas TEATRAPO 2023, dedicado a Freddy Ginebra, que organiza Teatro Utopía en toda la ciudad durante todo junio, y cuya cartelera puede consultarse en sus redes (@teatroutopiard).
Todos los lunes, si la naturaleza no lo impide, el jazz se hace de noche en La 37 por las Tablas gracias a la plataforma Lunes de Jazz que gestionan Fátima Franco y Cukin Curiel. Y los vecinos de su misma calle, la Benito Monción, también son escenario para músicos de géneros variados (Atabeyra, Casa de Arte, Le Boulevar). Igualmente son incontables los espacios privados que ofrecen música en vivo mientras se come o se bebe, para escuchar o para bailar, gratis o mediante pago.
Las escuelas de ballet clásico y danza contemporánea de la ciudad persisten en ofrecer sus espectáculos cada año en la Sala Restauración del Gran Teatro del Cibao.
Y cada mes, el mismo Centro León, el Centro de Convenciones y Cultura Dominicana UTESA, el Monumento a los Héroes de la Restauración, por mencionar solo cuatro, ofrecen su propio programa de actividades, en adición a la oferta permanente de sus exposiciones y colecciones.
En fin, para los gustos, los colores. Para agendas, actividades. Si no es el arte, ahí están los deportes. Y para quienes no tuvieron primavera con el baloncesto provincial o les cuesta apreciar el fútbol nacional, siempre habrá un octubre beisbolero.