“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó». (Romanos 8:37)
¡Qué privilegio tan especial tienen los hombres que depositan su vida en las manos de Dios y se aseguran de ser guiados por Él a través del Espíritu Santo.

Cuando viene la adversidad, llega la prueba, y las circunstancias se tornan difíciles, entonces tienen la libertad para gritar victoriosos: «en todas estas cosas, somos más que vencedores».

No pierdas más tiempo, acepta a Jesús como tu salvador, pide perdón por tus errores, decide cambiar de vida, deja atrás lo que te aparta de su presencia y comienza a disfrutar la herencia y el privilegio de ser Hijo amado del Dios viviente.

Gracias Padre por tu gran a amor y misericordia