Madelyn Esther González es una pediatra-Intensivista neonatal que honra el juramento hipocrático con su accionar apegado al respeto por la vida y la dignidad humana.

Es fiel creyente de que la parte humana  hay que trabajarla más en las escuelas de medicina, preocuparse más aún por la persona, sus emociones, su bienestar familiar y todo su entorno.

La doctora, que además es abanderada  de la lactancia  materna por la importancia que esta reviste, es egresada de la Escuela de Medicina de la Universidad Tecnológica de Santiago, graduada cum laude; con una maestría en  Pediatría por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Hospital Infantil Dr Arturo Grullon; y posee una sub especialidad intensivo neonatal realizada en al  PUCMM y el Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez.

La doctora, quien además es docente universitaria con diplomado en Pedagogía Universitaria  en la PUCMM, abre las puertas de su corazón para conocer más de cerca a la mujer detrás de su vestimenta blanca.

¿Quién es la doctora Madelyn González, cuales son sus orígenes? Soy la mayor de dos hermanas, nací en La Vega el 18 de agosto del año 1982, hija de  una maestra y un comerciante. También soy esposa y madre de un hermoso niño.

Desde mi infancia sabía que iba a ser médico, y sabía que sería una pediatra, quizá por la influencia de mi madre, quién no fue médico pero siempre se preocupó por el bienestar de todos los niños de la escuela que en ese entonces dirigía, en el que se desempeñó como directora docente.

¿Qué recuerda de su infancia, como era la convivencia con su familia? Desde muy pequeña me identificaba mucho con mi familia, es mi motor, mi apoyo, donde aprendí el valor del respeto y buenos modales.

¿Cómo influyó esto en la formación de la mujer que es hoy día? Mi familia influyó de manera importante en mi personalidad, ya que la relación que tengo con mis padres, hermana, sobrino, tíos, primos; han determinado valores, afectos, actitudes y modos de ser, que he ido  asimilando desde muy temprana edad y son patrones de conducta que se han ido transmitiendo de una generación a otra: Solidaridad, humildad, sencillez.

 ¿Dónde se formó profesionalmente? Culminé mis estudios primarios y secundarios en la torre, La Vega, un centro educativo católico dirigido por monjas.

¿Qué recuerda de sus años en las aulas, se han llenado las expectativas de aquella estudiante? La formación como profesional de la salud es muy compleja, ya que no solo consiste en un aprendizaje teórico-práctico, en esta profesión debes aprender a manejar condiciones patológicas, así como también es imperante la capacidad de atención integral del paciente.

¿Dónde ejerce su práctica médica? Actualmente me desempeño como pediatra neonatologa  en el hospital Dr. Arturo Grullón. También soy parte del cuerpo médico y docente de la clínica Instituto Materno Infantil y Especialidades San Martin de Porres, donde superviso el área de Emergencia Pediátrica.

¿Cuándo descubrió que la medicina era su vocación? Desde siempre supe que sería médico y que me inclinaría por la pediatría, siempre tuve ese talento innato, esa empatía con los más vulnerables, escuchar sus pequeñas historias, su inocencia, no sé si escogí la especialidad de pediatría o ella me eligió a mí. Más que un descubrimiento a la vocación como médico pediatra, yo diría que fue un descubrimiento progresivo a lo largo de mi vida, sentirme llamada al servicio de los demás, Dios supo combinar en mí, el don de servicio con mis capacidades académicas y esto me llevó a estar donde estoy hoy.

¿Algún caso que la haya marcado durante su ejercicio profesional y por qué? Hace algunos años tuve un caso particular, un recién nacido grave, ingresado en la unidad de cuidados intensivo neonatal, con una enfermedad hemorrágica pulmonar.

Me tocó sostener sus tiernas y débiles manitas, las cuales me apretaron de una manera especial, como queriéndome comunicar algo. Consciente de que con este sangrado no sobreviviría llamé  a su madre, quien acudió inmediatamente en horas de la madrugada al centro, conduciendo su vehículo, y entre llantos decidió donarle sangre a su hijo. Me siento afortunada de haber sido la pediatra, ya que pude ser testigo de la maravillosa obra de Dios. Hoy en día es un niño inteligente y saludable.

En su práctica médica es pro lactancia, ¿qué tan importante es amamantar a los bebés exclusivamente durante los primeros meses? La lactancia materna es el mejor comienzo de la vida de un niño o una niña. Dar el pecho hace crecer el amor entre la madre y el hijo. El contacto de la piel suave y calientita de la madre le da tranquilidad y placer al niño o niña. La compañía, la voz, el olor, el mirarlo a los ojos y el contacto con la madre, le dan seguridad y estímulo. Es dar amor y compañía.

La leche materna favorece su desarrollo y le da al niño o niña el alimento que necesita para estar bien nutrido. La leche materna contiene los aminoácidos que necesita el normal desarrollo del cerebro. También los protege contra las infecciones y enfermedades. No hay ningún alimento más completo que la leche de la madre para que crezcan protegidos, inteligentes despiertos y llenos de vida.

¿Qué tanto ha avanzado este tema en el país, han crecido las estadísticas de las madres que lactan? La lactancia es reconocida por UNICEF como la herramienta más costo-efectiva para reducir la mortalidad infantil. Un bebé que no fue amamantado en los primeros 6 meses de vida tiene una probabilidad 15 veces mayor de morir por enfermedades prevenibles.

La tasa nacional de lactancia materna en el país dominicano es de un 16%, es una de la más baja de América Latina y el Caribe y la cuarta más baja a nivel mundial. Pese a que en los últimos 20 años el gobierno y organismos internacionales han implementado múltiples campañas para promover la lactancia, las tasas han seguido disminuyendo.

¿Qué cree se debe hacer para incentivar más la lactancia? Varios estudios confirman que las bajas tasas de lactancia materna en República Dominicana son una problemática compleja y multidimensional, cuya solución requiere de un compromiso en conjunto y esfuerzos coordinados.

Los hospitales juegan un papel importante, evitar la introducción de fórmula de manera anticipada, generar mayor promoción de la lactancia en las primeras horas de vida y facilitar el asesoramiento especializado. El rol del sector privado es importante para facilitar la lactancia a madres trabajadoras a través de la adopción de políticas con mayor flexibilidad laboral que conduzcan a la creación de espacios adecuados para la lactancia.

Finalmente, el sector público es el eje central para facilitar la institucionalidad y brindar el soporte necesario para impulsar iniciativas a favor de la lactancia.