El 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una jornada dedicada a crear conciencia sobre la triste realidad de millones de niños en todo el mundo que son víctimas de explotación laboral. 

La República Dominicana no es ajena a este desafío, y a pesar de los esfuerzos realizados, sigue enfrentando serias dificultades para erradicar esta problemática.

El trabajo infantil es una realidad que afecta a un número alarmante de niños dominicanos. Según datos del Ministerio de Trabajo y de organismos internacionales, se estima que aproximadamente 300,000 niños en el país se encuentran trabajando, privados de su derecho fundamental a la educación y a una infancia libre de explotación.

En el caso de la República Dominicana, una de las formas más comunes de trabajo infantil es la agricultura, especialmente en la producción de azúcar, banano y café. Muchos niños son forzados a trabajar largas horas en condiciones peligrosas, expuestos a pesticidas, maquinaria pesada y otros riesgos para su salud y bienestar.

Otro sector en el que se observa el trabajo infantil en la República Dominicana es el de la industria del turismo. Aunque el turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país, se han reportado casos de niños que son explotados en actividades relacionadas con este sector, como la mendicidad, la venta ambulante y la explotación sexual comercial.

Las autoridades dominicanas han implementado diversas medidas para abordar esta problemática. Se han fortalecido los mecanismos de vigilancia y control, se han creado programas de apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad y se han llevado a cabo campañas de sensibilización para concienciar sobre los derechos de los niños y los efectos negativos del trabajo infantil.

A pesar de estos esfuerzos, el trabajo infantil persiste en la República Dominicana, y la situación es especialmente alarmante en ciertas áreas del país. Según el pastor Pablo Ureña, director del programa Niños con una Esperanza, «el trabajo infantil peligroso todavía necesita mayores atenciones, porque se siguen dando casos muy lamentables, como lo que está ocurriendo en Sosúa, Puerto Plata, donde la explotación sexual comercial infantil es agobiante».

El pastor Ureña también destaca otros casos preocupantes, como el de niños en la calle limpiando zapatos o mendigando, la deserción escolar que lleva a que los padres retiren a sus hijos de la escuela para ponerlos a trabajar, y la presencia de niños en talleres y en trabajos peligrosos como repartidores de motores. Estas situaciones exponen a los niños a un total peligro y violan sus derechos fundamentales.

Ante esta realidad, el pastor Ureña hace un llamado al presidente de la República para que tome en cuenta esta situación y se tomen medidas firmes para combatir el trabajo infantil. «No es un secreto que a un niño se le violentan todos sus derechos cuando se le pone a trabajar y se expone a un total peligro», afirma Ureña.

En este Día Mundial contra el Trabajo Infantil, es fundamental recordar que cada niño tiene derecho a una infancia plena y a la oportunidad de desarrollar todo su potencial. Todos debemos asumir la responsabilidad de proteger y promover los derechos de los niños, y trabajar juntos para crear un futuro en el que ningún niño sea víctima de explotación laboral en la República Dominicana ni en ningún otro lugar del mundo.